Mitos de las vacunas

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El peligro de no vacunarse

De acuerdo al último informe de la OMS, el aumento de las noticias falsas sobre las vacunas y el colapso o la poca eficiencia de algunos sistemas de salud habían sido factores determinantes para explicar el aumento un 30% más de casos de Sarampión a nivel global entre los años 2016 y 2017.

Estados Unidos, Canadá, América Latina, Europa y la región del Mediterráneo oriental registraron el mayor aumento de casos. Estados Unidos, es uno de los países donde el movimiento antivacuna es más fuerte.

Y es que los mitos sobre las vacunas persisten, a pesar de las evidencias científicas sobre sus beneficios. Estos son algunos de los mitos más destacados:

1. «Las vacunas pueden causar autismo»

Un artículo publicado en la revista médica The Lancet, Wakefield afirmó que la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (conocida como MMR) estaba relacionada con el aumento de casos de autismo entre los niños británicos.

Aunque desde entonces, muchos  estudios han refutado cualquier relación causal entre la MMR y el autismo, el índice de vacunación por sarampión ha aumentado al 91%, pero sigue estando cuatro puntos por debajo de la recomendación que hace la OMS.

2. «El sistema inmunológico de los niños no puede con tantas vacunas»

Existen al menos 11 vacunas que los niños deben ponerse entre que nacen y cumplen dos años. Pero a algunos padres les preocupa que poner tantas vacunas en tan poco tiempo acabe por dañar el sistema inmunológico de sus hijos.

Las vacunas funcionan introduciendo en nuestro propio cuerpo virus o bacterias que provocan una determinada enfermedad, para que el cuerpo reaccione adecuadamente cuando entren en contacto con el verdadero virus.

Los recién nacidos desarrollan la capacidad de responder a antígenos extraños, a las pocas horas de nacer, son capaces de desarrollar una respuesta inmune a las vacunas.

3. «Las enfermedades desaparecen solas»

Es cierto que mejorar los niveles de salubridad y saneamiento estaba reduciendo significativamente las tasas de mortalidad, pero la velocidad a la que lo hicieron tiene que ver directamente con la introducción de las vacunas.

Pero la vacunación no solo mejoró las tasas de supervivencia, también hay pruebas convincentes que sugieren que una caída en las tasas de vacunación puede llevar a un resurgimiento de la enfermedad.

4. «Las vacunas te enferman más»

Los defensores del movimiento “antivacunas” utilizan esto como uno de sus principales argumentos sobre la inmunización.

Ninguna vacuna es 100% efectiva y la OMS dice que la mayoría de las inmunizaciones infantiles rutinarias funcionan en el 85% y el 95% de las personas que son vacunadas.

Cada individuo reacciona de una manera distinta y eso puede hacer que toda persona que se vacune sea resistente al virus de determinada enfermedad. La única razón por la que más personas vacunadas se enferman en comparación con las que no han tomado una dosis es simplemente porque hay muchas más personas que se vacunan que las que no.

Si observamos la cifra en términos porcentuales, podremos ver que la tasa de enfermos es en realidad mucho mayor entre las personas que deciden no vacunarse.

5. «Las vacunas las promueven las grandes farmacéuticas»

El economista de la industria sanitaria de la OMS, Miloud Kadar, estima que el mercado mundial de vacunas fue de unos US$24 mil millones en 2013. Fue apenas un 3% del total del mercado farmacéutico global.

Pero es la humanidad en su conjunto la que tiene un verdadero interés comercial en vacunarse, porque enfermarse sale caro.

6. «Esta enfermedad ya no existe en mi país, así que no necesito vacunarme»

Si bien las vacunas han reducido la incidencia de algunas enfermedades prevenibles en muchos países, no significa que estén bajo control a nivel mundial.

Algunas de ellas continúan siendo prevalentes, o incluso endémicas, en otras partes del mundo. Y gracias a la globalización, estas enfermedades pueden extenderse fácilmente y hacer que se produzcan brotes en otros países donde la vacunación no sea tan eficaz.

7. «Contienen vacunas inseguras»

A muchos padres también les preocupa que las vacunas contengan sustancias como formaldehído, mercurio o aluminio. Estos componentes son nocivos si se consumen a niveles muy altos, pero no en la proporción que aparecen en las vacunas.

Según la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, una vacuna típica utiliza una concentración de mercurio de 25 microgramos para una dosis de 0,5 mililitros. Es la misma cantidad de mercurio que contiene una lata de atún de 85 gramos.

8. «Son una conspiración de Occidente»

La creencia de que las vacunas son parte de un complot del mundo occidental para acabar con ciertas poblaciones aún persiste.

En marzo de 2011, la CIA organizó una campaña falsa de vacunación contra la hepatitis Ben Pakistán en un intento de recopilar ADN para poder localizar al entonces líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, y hallar su paradero.

Finalmente se descubrió el engaño y la desconfianza hacia las vacunas, en un país donde la cobertura ya es considerablemente deficiente, aumentó todavía más.

En el caso específico del sarampión, se propaga por el aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Es tan contagioso que si una persona tiene la enfermedad, hasta un 90% de las personas a su alrededor también se infectarán si no están protegidas.

Los niños y adultos que no estén protegidos contra el sarampión, tienen riesgo de infectarse rápidamente. Es por eso que es tan importante estar al día con las vacunas, incluso antes de viajar al extranjero.

Así mismo, es importante que sepas que las vacunas no son solo para niños, también para adultos, consulta con tu médico acerca de la vacuna combinada contra el sarampión, ya que,  brinda protección contra tres enfermedades: sarampión, paperas y rubéola (MMR, por sus siglas en inglés).

La necesidad de ponerse vacunas no se va con la edad. De hecho, hay determinadas edades de la vida adulta a las que se recomienda ponerse vacunas. Además, la protección de las vacunas que recibiste cuando eras niño puede desaparecer con el tiempo y ahora hay más vacunas disponibles.

Consulta con tu médico sobre qué vacunas son adecuadas para tu edad, estilo de vida y estado de salud. Como adulto, se recomiendan vacunas para proteger contra lo siguiente:

  • La influenza estacional (gripe):
  • La tosferina, también conocida como pertussis:
  • El tétanos y la difteria
  • La culebrilla
  • Las enfermedades neumocócicas

También es posible que necesite otras vacunas para estar protegerte contra las siguientes enfermedades:

  • VPH-Virus del Papiloma Humano (que puede causar ciertos cánceres),
  • Enfermedad Meningocócica
  • Hepatitis A
  • Hepatitis B
  • Varicela
  • Sarampión, paperas y rubéola

Ponerse vacunas es una de las formas más seguras de proteger tu salud y los efectos secundarios de éstas suelen ser muy leves, así que no dejes de tomar precauciones.

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