Muchas familias reúnen suficiente dinero para que un solo integrante adquiera la ciudadanía en algún país extranjero; ya como ciudadano, éste incorpora al resto de la familia como nuevos ciudadanos en dicho país.
Un ciudadano es la persona considerada como miembro activo de un estado titular de derechos civiles, políticos y sometido a sus leyes.
¿Te imaginas ser ciudadano de varios lugares en el mundo? ¿Tener una mayor movilidad global sin tantos obstáculos para viajar? Pues en los últimos años, ha surgido la tendencia de una nueva industria mundial, algunos países ofrecen, a través de programas económicos, la posibilidad a personas extranjeras de comprar legítimamente una ciudadanía o un permiso de residencia a cambio de una inversión financiera significativa.
Porqué ambas partes salen beneficiadas…
Esto, como un recurso a través del cual ambas partes ganan:
La oferta de la ciudadanía a los extranjeros fomenta la posibilidad de inversión sustancial en un país.
- Los estados pequeños obtienen refugios políticos y económicos seguros. Los países desarrollados se ven beneficiados en el aumento de la FDI (Inversión Extranjera Directa por sus siglas en inglés).
- Los extranjeros inversionistas adquieren privilegios de exención de visados o el derecho a residir en gran parte del mundo.
La siguiente tabla muestra una perspectiva global sobre la venta de la ciudadanía en algunos países:
En la parte superior de la tabla se encuentran los países que ofrecen un programa de “ciudadanía económica”, el más barato es Dominica, donde puedes convertirte en ciudadano a cambio de una inversión de $100,000 USD (más honorarios y una entrevista personal previa).
La parte superior de la tabla muestra los programas de residencia en todo el mundo, tratándose principalmente de los países más grandes de Europa.
Exención de visado…
Pero a pesar de los beneficios que pueden tener este tipo de programas para la economía del mundo en general, la oferta de la exención de visado ha provocado alarmas sobre la transparencia y la seguridad global, así como el riesgo de que los países en desarrollo dependan en un mayor nivel de las entradas económicas generadas por inversionistas extranjeros.
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