Los menores y las bebidas energéticas (Salud)

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¿Tu hijo o hija toma bebidas energéticas cuando hace ejercicio?, esto puede dañar su salud

Las bebidas energéticas se han vuelto populares entre los deportistas, ya sean niños pequeños o adultos jóvenes, pero ¿son inofensivas?, la respuesta es no.

Este tipo de bebidas se hicieron originalmente para atletas que le exigen al máximo a sus cuerpos, pero su comercialización las volvió bebidas populares en la población joven.

A pesar de que bebidas como Gatorade y Powerade contienen sustancias que ayudan al cuerpo a recuperarse después o durante la actividad física, ambas están cargadas con una cantidad importante de azúcar.

Una botella de 350 ml contiene 21 gramos de azúcar, casi lo mismo que un refresco.

La ingesta en exceso de azúcar puede provocar hiperactividad, sobrepeso, obesidad y puede afectar la salud bucodental de los menores.

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Bebidas comercializadas como no deportivas

Otras bebidas energizantes populares entre la sociedad joven que también pueden dañar su salud son Red Bull, Monster, Rockstar, entre otras.

Éstas contienen guaraná, taurina, ginseng y vitamina B, pero su principal problema es el contenido alto de cafeína.

Una lata de 700 ml de cualquiera de las bebidas mencionadas contiene 500 mg de cafeína, lo equivalente a cinco tazas de café.

El consumo en exceso de cafeína puede provocar adicción, taquicardia, nauseas, vómito, convulsiones, puede elevar la presión sanguínea e incluso puede provocar la muerte.  

Otro problema de estas bebidas es que los jóvenes las combinan con alcohol, situación que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) desaprueba. 

Recomendaciones

Según los expertos, los atletas jóvenes tendrán un excelente rendimiento bebiendo solamente agua cuando estén realizando alguna actividad física.

Los padres deben asegurarse de que sus hijos no consuman ninguna de las bebidas antes mencionadas, para esto se debe exhortar a las organizaciones deportivas para que dejen de ofrecer bebidas energéticas en los campeonatos o en los entrenamientos.

Si los menores desarrollarán alguna actividad que les exige mucho esfuerzo, los padres pueden ofrecerles bebidas que no contengan azúcar o cafeína y que son igual de efectivas. Un ejemplo puede ser el agua de coco.

En cuanto a las bebidas no deportivas, los padres de adolescentes o adultos jóvenes deben asegurarse de que sus hijos no consuman más de 500 ml por día y de que no las combinen con bebidas alcohólicas.

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